La tripulación del buque Nazmiye Ana, que zozobró en Castellón, acosada por su armador

Los sobrevivientes del buque hundido desesperan en Castellón mientras sufren las presiones de su armador

El pasado viernes, 28 de mayo, el buque mercante Mv “Nazmiye Ana” dio la vuelta, zozobro, en el Puerto de Castellón durante las operaciones de carga.

El buque, que arbola el pabellón de Panamá, pertenece a la Compañía Naviera turca “Sinop Shipping Corp”.

Los ocho supervivientes, mientras eran asistidos por personal voluntario de Stella Maris de Castellón, reclamaron poder contactar con el Inspector de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) de la zona. Juan Ramon García, Inspector de ITF_UGT en Valencia, se ha reunido con ellos en varias ocasiones y está prestando apoyo y asistencia a los marinos: cinco de nacionalidad turca, uno egipcio y dos de nacionalidad india.

La ITF, en nombre de los tripulantes del buque, ha procedido a denunciar ante la Autoridad Marítima Española (DGMM/ Capitanía Marítima de Castellón) varios incumplimientos del Convenio sobre el Trabajo Marítimo de la OIT, en vigor desde 2013 y ratificado por España.

Entre ellos, la existencia de deudas salariales, la reclamación de compensaciones por pérdida del buque a que hubiera lugar, así como la intimidación y acoso a que están siendo sometidos los marinos por parte de personal de la naviera turca, quien les insta reiteradamente a no reclamar sus derechos y trata de cercenar el derecho de los tripulantes a contactar y recibir asesoramiento de la ITF.

Los marinos han puesto de manifiesto, además las condiciones esclavistas de su reclutamiento, habiéndose visto obligados a pagar 5.000 USD a las agencias de contratación en India para conseguir embarque, lo cual viola, entre otros, los derechos de libre acceso a la profesión que recoge el Convenio sobre el Trabajo Marítimo (Regla 1.4)

Desde ITF España, creemos que este buque es el paradigma de las condiciones laborales que permite el sistema de “banderas de conveniencia” En plena pandemia del Covid-19, la comunidad marítima internacional y la sociedad civil han coincidido en reconocer a los marinos como trabajadores esenciales, sin embargo, algunos, como los náufragos que esperan sus pagos y repatriación estos días en Castellón, arriesgan a diario su vida y su salud por sueldos que en pleno Siglo XXI, sólo alcanzan los 300 dólares al mes, las tripulaciones, cada vez más reducidas, padecen jornadas de trabajo interminables y trabajan bajo mucha presión durante muchos meses.

En este estado de fatiga física y mental, los oficiales responsables de la seguridad del buque y la navegación no llegan a cobrar ni 1000 dólares al mes.

Desde ITF España, enviamos nuestras condolencias a las familias, amigos y compañeros de David y Bhanu, al tiempo que instamos a las Administraciones del Estado del Pabellón y a las del Puerto (España) a desarrollar una exhaustiva y rigurosa investigación del accidente que se ha cobrado la vida de dos trabajadores.

Las condiciones descritas por los marinos y recogidas en esta nota son, por si mismas, merecedoras de un análisis en clave de seguridad. Si los informes concluyen que el accidente se debió a un error humano, tendremos que preguntar si el humano del error estaba a bordo -o en el muelle en Castellón- o sentado en otras instancias. El control riguroso de la aplicación de las normas es necesario, y ha de hacerse a tiempo y tener consecuencias.